jueves, 7 de enero de 2010

Valencia Siete nº2

LA QUINTA COLUMNA

LA TERCERA ESPAÑA

El paritorio ya apagado. Vio la luz nuestra revista, nuevo semanario valenciano para goce y disfrute de todos ustedes. Y nosotros los ciudadanos nos alegramos por tener un nuevo medio de esta calidad y pluralidad. Y nosotros los colaboradores nos alegramos del éxito y la acogida de la publicación. Ara a la faena, que es consolidar el proyecto editorial y planificar el futuro. Seguro que ustedes responderán.
Como también deben de verse sacudidos por ciertas situaciones que en los últimos días estamos viviendo. Sin entrar a valorar la nueva incorporación al star system político autóctono del nuevo líder de masas del transfuguismo, el exalcalde de L’Alcora abanderado por el representante del búnker barraqueta con lifting incluido, ya que alguno de mis excelsos compañeros opinadores ya le dedicaron buena y dura metralla. Y tampoco sin perder un minuto en discernir quien paga esas campañas publicitarias del susodicho antidemócrata paladín del bote de las esencias de la terra, aunque sí sugeriría la convocatoria de un Premio Pulitzer patrio para aquel virtuoso del periodismo de investigación que lo destapara. Patrocinadores de la cuantía del mismo no faltarían, no...
En lo que quiero centrarles es en el feliz concepto que nos regaló la semana pasada el excelente fichaje de RTVV Josep Puigbó. Introdujo su debate Parlem Clar disertando sobre la tercera España, aquella que cumple, paga y calla. Y venía a cuenta ante la condonación del préstamo que una entidad bancaria de la cual no quiero acordarme alegremente ha perdonado al ministro Montilla. No tenemos datos para saber si el perdón fue total o parcial, de los intereses, o del capital, si tiene ligazón con el concepto político de moda en estos tiempos (el Pacte del Tinell, nacimiento de tripartito catalán, con perdón) o con la casualidad que el propio Montilla fuera consejero de esa caja... No sabemos si es una operación técnicamente lícita o no, lo que sí les aseguro es que el calificativo de ética lo perdió nada más nacer. Y al señor ministro ni se le espera, refiriéndome a su deseable dimisión; ni al señor Zapatero tampoco, cesándolo de manera fulminante...
Las dos Españas las conocemos demasiado. Parecían superadas, pero el ínclito nuevo residente de La Moncloa lleva año y medio sacando a pasear estas divisiones y estas fracturas. Y ante ellas, una tercera via (siempre uno tan tercerviísta, tan mal visto por estas latitudes valentinas el tirar por la calle del medio en las milenarias batallas sobre nuestra personalidad propia). La tercera España, aquella compuesta por la mayoría de nosotros, simple y llanos ciudadanos y ciudadanas -como diría el libro de estilo de la nueva religión del talante- que pagamos nuestros impuestos y nos sentimos formantes activos de la sociedad, y que de repente nos vemos asaltados por mil y un atropellos, casi siempre protagonizados por los mismos. A saber, y sólo recurriendo a las últimas semanas, nos desayunamos con la OPA a Endesa, auspiciada por el desgobierno actual, el pago de favores bancarios a los mandamases del socialismo imperante, los aviones clandestinos para agasajar a Durao Barroso -presi de la UE- para que deje hacer en todo lo anteriormente señalado... Y ustedes y yo, sencillos habitantes de esta península, pues no lo entendemos. Ya que a nosotros no nos perdonan la hipoteca, no nos suavizan los prestamos y no nos bajan la factura del gas... Más bien al contrario. ¡Que Dios, ese que tampoco quieren que aparezca en las escuelas, nos pille confesados! Amen.

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