martes, 20 de julio de 2010

Valencia Siete nº33


LA QUINTA COLUMNA



LOS COSTALEROS



Para que no me cataloguen de partidista, pues hoy les voy a describir una de las opciones por la cual ustedes, benignos lectores, podrán decantarse en las próximas elecciones autonómicas. Una gota de ecuanimidad, venga.
Pueden optar por la actual oposición variopinta que sólo se une para echar a los populares valencianos de las instituciones. Un partido socialista que nos condena a no tener agua, disfrazándolo con un falso e inoperante plan de desaladoras inexistentes e irrisorias, que nos toma a los valencianos por ilusos y nos acusa casi de delincuentes; que nos condena a estar al furgón de cola en la llegada del AVE, tanto a Madrid como el más importante, la conexión mediterránea hacia al mercado europeo; que nos condena a nuestros puertos y aeropuertos a la miseria más mundana, rompiendo así nuestros ya demostrados potenciales exportadores y turísticos, enviándonos conscientemente a la periferia más inmisericorde.
Tres penas que los socialistas, de aquí y de Madrid, se han conjurado para hacérnoslas cumplir a todos. No quiero pensar que los de aquí se han convertido en un partido con vergüenza de ser y sentirse valenciano, pero sus modales parece que así lo denotan, siempre encarándose contra cualquier gran proyecto, iniciativa o reto que tenga a la Comunitat Valenciana como protagonista.
Sin olvidarnos de sus costaleros. Sí, esos grupos minoritarios que tienen todo el derecho del mundo a participar de la vida política, pero que su única ambición es la imposición a la mayoría de su corpus doctrinal sesgado y limitador. Este pentapartido que acabará configurándose, que recoge a los excomunistas, a los nacionalistas radicales, a los ecologistas, a los catalanistas y a los republicanos, quiere jugar con su baraja y tiene al Partido Socialista embelesado con la catalineta de ofrecerle las llaves del próximo gobierno de la Generalitat. Y éstos encantados...
Una gran ensalada. Muchos ingredientes, y todos ellos queriendo sobresalir, mandar, y llevarse el gato al agua sobre la imposición de sus planteamientos. El ya conocido como "batiburrillo" que gastará muchas energías en repartirse el pastel, pero quizás pocas en velar por sus administrados, verdaderas víctimas de los órdagos, los estropicios y los mandatos de este tipo de coaliciones de concentración en búsqueda del poder. Recuerden los ejemplos del tripartito catalán, el pacto de progreso balear o el frente socialnacionalista gallego. Busquen, comparen, y si encuentran algo... peor, huyan despavoridos.

jueves, 15 de julio de 2010

Valencia Siete nº32

LA QUINTA COLUMNA

BALANSIYYÁ


Asistí gustoso, como siempre lo hago, a la invitación que mi amigo Jaime El Justo me ofreció para el estreno mundial de “Balansiyyá”, el musical que la Generalitat ha producido sobre Jaume I y la conquista del Reino de Valencia, y que disfrutaremos los ciudadanos valencianos como antesala de la Copa América en 2007. Antes habrá recorrido Rabat, Jerusalén y la Gran Vía madrileña. Su mensaje de fraternidad y concordia entre las tres grandes religiones, aderezado históricamente con la creación del Reino cristiano de Valencia, partiendo del pacto y el acuerdo con la Taifa musulmana de Valencia recreada como Balansiyyá, está muy conseguido y muy en boga ante los tiempos que corren de alianzas civilizadoras y talantes dialogantes.
El aforo fue de lo más variopinto, yendo desde Juan Lagardera a Bernardo Guzmán, pasando por políticos, artistas, empresarios y cupletistas. Y hubo un comentario generalizado, que Blasco ya era conseller en 1273, ya que el Rey En Jaume ya tenía a un Blasco (éste de Alagón) como su máxime asesor. Por lo demás, un buen intento serio y riguroso de bautizarse en el difícil género del musical. Desde aquí les deseamos buena suerte en su embarque madrileño e internacional.
Nuestra Generalitat y sus gestores culturales (yo pienso que más que éstos, se trasluce la impronta del President Camps y su empeño en invertir en la tan necesitada autoestima identitaria valenciana) lleva ya dos grandes producciones artísticas en su afán de promocionar a la Comunitat Valenciana por el mundo gracias a la cultura. Primero fue el Tirant lo Blanch de Vicente Aranda, largometraje de nivel reivindicador de nuestra novela por excelencia, fruto de un siglo de oro de las letras valencianas inconmensurable. Y ahora es un gran musical sobre nuestro padre patrio Jaume el Conqueridor y nuestro nacimiento como Pueblo Valenciano. Nada más y nada menos.
Sólo un pero. Y doble ya que se puede aplicar a las dos iniciativas. Nos quedamos cortos, como buenos valencianos que somos. No hemos puesto toda la carne en el asador para que estas dos realidades artísticas y culturales pasen de ser consideradas correctas a que sean aceptadas como grandes eventos. Nuestra vertebración, créanlo así, necesita de superproducciones. Tenemos tan tocado el orgullo y la estima de valencianidad que nos conviene siempre ración doble. Y para nuestra conciencia como sociedad con identidad propia hace más un buen peliculón legendario o un grandioso musical al estilo de Broadway que la ciencia sociológica o la historia contemporánea. Se lo juro.

lunes, 5 de julio de 2010

Valencia Siete nº31

LA QUINTA COLUMNA

¿EFECTO ALBORCH?


¿A la tercera ira la vencida? Pues que se yo... Doña Carmen ya ha pegado un par de espantadas cuando ha sido requerida por sus huestes, teóricamente compañeros todos de partido, para colgarse la cruz de ser candidata municipal contra Rita, y por dos veces negó la mayor. ¿Será un nuevo San Pedro en femenino, negando por tres veces su auxilio al PSPV del “cap i casal”? Pues yo que se...
La Alborch ya se ha presentado como cabeza de lista del PSOE al Congreso por la circunscripción de Valencia, si la memoria no me falla y Ciprià Císcar me permite, al menos por dos convocatorias, cosechando sendas derrotas ante el PP. Es por ello que le vino muy bien el refugiarse al amparo de Felipe González en el Ministerio de Cultura, recordado su paso por los silbidos de admiración que despertaba su minimalista indumentaria. Además de trasladarse a la “villa y corte” para hacerse una asidua de cócteles, saraos y presentaciones varias... y como no, enfundarse en la faceta de escritora comprometida con el feminismo combativo dejándose editar un par de libros de fácil lectura y promoción.
Maldades a parte, no creo que con tal currículo y trayectoria su conocimiento de la problemática ciudadana de nuestra querida capital de la CV sea muy allá. Más bien no estará muy enterada de casi nada, ya que al vivir a más de trescientos kilómetros de distancia las percepciones se desvirtúan un poco. Sólo un poquito.
No cabe lugar a dudas que su formación académica es ejemplar, como profesora de Mercantil y antigua decana de Derecho. También le reconocemos sus pinitos en el complejo mundo de la gestión cultural, cuando fue la responsable máxima del IVAM en la última etapa ominosa de Lerma al frente de la GV (yo me quedo con nuestra Consuelo Císcar, válgame dios). Pero nada de esto apunta bien de cara al ensalzamiento de su posible candidatura a ser alcaldesa de todos, ya que si merodeamos en su debe, encontramos que últimamente no consiguió fraguar su interés en convertirse en Defensora del Pueblo, y a día de hoy transita cansina y meditabunda por la comisión de control de RTVV en el Congreso... que ya me dirán ya, como está el patio y esa tele pública tan intervenida y decadente...
Y para más jolgorio, va y Pla se saca de la chistera su nombre, chirriando y desautorizando tanto al aspirante Rubio como al cacique local Ábalos. El PSPV de la ciudad de Valencia vuelve a ser lo que antaño fue, jaula de grillos, dimes y diretes, con disputas por doquier y puñaladas varias. Ay, Joan Ignasi, que bien te va cuando estás callado... tú siempre deja que hable Jordi Sevilla. Te lo juro.