lunes, 29 de marzo de 2010

Valencia Siete nº16

LA QUINTA COLUMNA


LA CONVENCIÓN POPULAR


Me dispongo a intentar construir esta agnóstica columna la jornada en la cual nuestro Estatut d’Autonomia será definitivamente aprobado en la Cámara Alta, terminando así su recorrido en las Cortes Generales. Así vemos cumplir los plazos que el President Camps había fijado, con la previsión de la recepción del texto por las Corts Valencianes la mítica fecha del 25 d’Abril, pérdida de nuestros fueros y derrota de los valencianos en Almansa. El “justo derecho de conquista” por el cual nos tomó (en el significado bíblico de la palabra) el infausto Felipe V en 1707, se verá trescientos años después meridianamente corregido, restituyendo nuestra dignidad ya recuperada en la transición democrática, pero fortalecida con el nuevo texto estatutario para este nuevo siglo. Patriótico, patriótico me ha quedado.
Una vez acabado el párrafo institucional, y anunciándoles que la semana que viene hablaré como siempre de politiqueos, pero esta vez más salerosos ya que desvelaremos y recapitularemos los dimes y diretes de la “alta política” que invade el mundo de la fiesta fallera, y en particular a las comisiones de la ínclita Sección Especial, me dispongo a compartir con ustedes una breve reseña de mi vivencia en primera persona de la glamurosa Convención Nacional, que el PP ha celebrado en la villa y corte el pasado fin de semana. Afán de reportero.
Mucha imagen de modernidad y espectáculo. A mi gusto demasiado parecido a los fastos que los americanos nos tienen acostumbrados en sus reuniones electorales. Pero a la par muchas ganas de demostrar fuerza, ganas y poderío. Y me quedo con una copla interesante, pienso que el PP da una imagen de partido grande, moderado, responsable, preparado y plural. Sí, sí, plural y diverso, como buena opción que quiere aglutinar a una mayoría social centrada y tolerante. Convendrán conmigo que plurales fueron los discursos de Ruiz Gallardón y Esperanza Aguirre, por comparar dos líneas paralelas, rigurosas, tajantes y diferentes.
Una cosa son los “peperos” de la meseta, para entendernos, y otra muy variada todas las organizaciones del PP de la conocida como periferia. Las organizaciones de los populares gallegos, catalanes, andaluces, baleares y valencianos, en mi personalísimo entender, representan la punta de lanza de lo que debe ser un proyecto centrista, reformista y autonomista, basado en la moderación, en la conciencia social, en la apuesta por la modernidad y el desarrollo y, sobre todo, en la defensa del autogobierno y la identidad propia. Núñez Feijoo, Piqué, Arenas, Matas o Camps son verdaderos referentes de esta concepción de partido que a muchos nos apasiona. Más claro, agua. Y que sea para todos.
Y llegó Sarkozy, vio y venció. Fue la estrella de la convención, junto a un Rajoy cada vez más líder. Comprendo que ZP se muriera por hacerse una fotito con el primer ministro francés, que no lo consiguió. Nos embelesó a todos. El pistoletazo de salida para las elecciones autonómicas, locales, y quién sabe si generales, ya se ha producido. Que les pille confesados.

lunes, 22 de marzo de 2010

Valencia Siete nº15

LA QUINTA COLUMNA


EL CENTRO


Asistí la semana pasada a una grata y multitudinaria conferencia ofrecida por Alicia De Miguel, flamante Consellera de Benestar Social. El tema a tratar fue el concepto ideológico del centro político. Y vaya si acertó la ponente, ya que concurrió en una misma sala desde José Luis Balbín, histórico conductor del mítico programa televisivo “La Clave” ahora reconvertido en semanario de opinión, hasta Bernardo Guzmán, director de informativos de Radio Valencia – Cadena Ser o el maestro de columnistas el cual con tesón intento acompañar en estas páginas, J. J. Pérez Benlloch. Un auditorio bien plural, sí señor. Como debe ser el centro.
Hay expertos académicos que defienden que el centro como ideología no existe. La Consellera y el que suscribe no pensamos así. Ella lo definió perfectamente: “el centro consiste en la apuesta por la moderación, la tolerancia, el diálogo y la defensa de las concepciones sociales asumidas por la mayoría de la ciudadanía”. Todo esto adobado por la realización honesta de la vocación de servidor público y como no, por la identificación identitaria como valencianos y la defensa a ultranza de nuestra personalidad. Así redondeó su descripción de lo que ha sido y es el partido en el que milita, el PP valenciano. Altito y clarito.
Y es de agradecer casi siempre que se exponga con ufana transparencia y tranquilidad este tipo de concepciones políticas y partidistas, ya que a veces otras opciones se enzarzan en complejos mensajes crípticos que les alejan muy mucho de la realidad social, a la cual se deben. Mucho mensaje pretendidamente academicista o ungido de veleidades intelectuales que al fin y al cabo marea al ciudadano elector y a veces oscurece o esconde la verdadera propuesta que se plantea, con o sin intención. Y el sufrido vecino votante, pues compuesto y sin enterarse.
Por eso, el mensaje sencillo, directo, sin ambages ni trampas es de agradecer. Y se quiera o no reconocer, hoy en día pocas opciones políticas se apuntan a ir a cara descubierta. Esté acertada o no, sea vendible o conveniente su actitud en aras al rédito electoral puro y duro, convendrán conmigo que la trayectoria de los populares, a nivel valenciano y estatal, es diáfana y fácilmente entendible y asumible por la ciudadanía. Esa que llena nuestras calles y plazas. Esa que se ocupa de los problemas reales y cotidianos. Las personas, nosotros, el centro...
Espero que mi amigo Fermín Artagoitía, por muchos años acreedor de la franquicia centrista por estos lares, esté de acuerdo conmigo y con De Miguel. Asumir que la defensa y la atención a las personas y a la colectividad que conforman es lo primero es básico, y poco seguido por el resto de fuerzas políticas. Las personas y la valencianidad son los ejes del proyecto político que ya lleva más de una década ostentando la Generalitat Valenciana, y que concentra su futuro en la figura de Francisco Camps. Muy esloganero me ha quedado, pero así lo creo, lo vivo y lo defiendo. Y no debería pasar nada. Claro como el agua que necesitamos. Alto por la convicción que conlleva, las personas de esta tierra. La Comunitat Valenciana. El centro.

miércoles, 10 de marzo de 2010

LA QUINTA COLUMNA


EL CDS Y EL MINISTRO


Pues va a ser que no. Los dos temas van por separado, pero como siempre de aquello que quiero tratar en mi fugaz columna se me queda siempre para el último párrafo, tarde y mal, pues lo consigno en el título y a ver si así atino más. Hoy incluso podríamos especular sobre la encuesta aparecida por estos lares del magnánimo CIS, donde se desvela que la sociedad valenciana pasa muy mucho de las trifulcas estatutarias, pero al menos si consideran que la situación de nuestra tierra, patria chica, es bastante mejor que la de nuestro estado, patria grande. Camps 1 – Zapatero 0.
Pero no estoy por aburrir (ya me lo indica la susodicha encuesta, ya) y de esto no vamos a hablar. Quiero aprovecharme del lujo personal que poseo ostentando esta sacrosanta página de opinión para centrarme, y la elección verbal no es superflua, en el acontecimiento político de la semana pasada. Un acontecimiento que ha pasado bien desapercibido con tanta neura con Catalunya y con tanto mangoneo gubernamental respecto un tema tan sensible e importante como la dignidad de las víctimas del terrorismo etarra y el sinsentido de la utilización política de una ficticia tregua de los asesinos. Y a que me refiero, pues a la entrada del bendito Centro Democrático y Social (CDS) en la estructura del PP. Bendito por lo que representó, por quién lo dirigió y por su aportación a la consolidación del mensaje centrista y moderado en el partido más serio de nuestro país. ¡Chúpate esa!
El legado de Suárez, su mensaje de libertad y diálogo y, quieras o no, su prestigio de marca y sus aún miles de afiliados y simpatizantes (sí, sí, conserva abnegados militantes que pagan cuotas, presenta infinidad de listas municipales y atesora un buen puñado de concejales en toda España) aportan al PP y a Rajoy un nuevo halo de modernidad, tolerancia, además de reforzarlo como la opción de gobierno creíble y responsable que ha sido y es a día de hoy. Y chico, para compensar el liberalismo a ultranza de la FAES pues no esta mal equilibrarlo con la última estructura equiparable a la socialdemocracia real europea, los último mohicanos del centrismo radical por antonomasia. Estamos contentos.
Como también nos llena de orgullo y satisfacción las últimas declaraciones de nuestro ministro particular (de todos menos de Pla) Jordi Sevilla realizadas hace unos días en Castelló de la Plana. Ni más ni menos lanzó la propuesta de firmar un pacto político valenciano en defensa de los intereses estratégicos de nuestra querida patria. Ni menos ni más. Así la conexión Tarragona-Castelló a la velocidad alta para llegar rápidos a Europa, la solución a la vía férrea Gandia-Dénia para vertebrar de verdad el país, la ampliación y subida a primera división de nuestros aeropuertos autóctonos, la consolidación del Puerto de Valencia como líder indiscutible del Mediterráneo, etc, etc, etc ha de configurarse como banderas comunes de toda la sociedad cívica, política y empresarial de la Comunitat Valenciana. Así lo ha anunciado Sevilla y así lo recogemos nosotros. Y que vaya temblando Joan Ignasi que ya llega el sustituto...
Seguro que el Consell recoge el guante y convenia con el ministro valenciano la defensa a ultranza de nuestros intereses. Si queremos ser el Eje de la Prosperidad tenemos que ponernos a la faena. A pesar de la Narbona.

domingo, 7 de marzo de 2010

Valencia Siete nº14

LA QUINTA COLUMNA


SOCIOLOGIA ELECTORAL VALENCIANA


Pues ya tenemos casi aprobado el trámite parlamentario de nuestra reforma estatutaria. Sólo queda en los próximos días escenificarlo ante el Senado (compuesto por “cenadores” como siempre un colega me apunta) y organizar su vuelta a casa a bombo y platillo para el veinticinco de abril, fecha de la derrota de Almansa. Un nuevo gesto del President Camps que aprovecha la conmemoración de la perdida de nuestro fueros y de nuestra identidad como reino ratificando la reforma del Estatut d’Autonomia como el texto del autogobierno valenciano del futuro. Muy significativo, sí señor.
Esta efeméride protagonizada por nuestras Corts Valencianes significará el término del largo y proceloso recorrido de la vía valenciana y el pistoletazo de salida de una también larga y procelosa precampaña electoral. Nos encontraremos a un año de las elecciones valencianas, tanto locales como autonómicas, y la desazón ya reinará –como ya impera- en todas y cada una de las fuerzas políticas. ¿Y que panorama nos vamos a encontrar? Permítanme hacer un poco de política ficción, así nos divertimos juntos.
Mientras Francisco Camps y el PPCV blandirá el orgullo del proyecto estatutario y la caterva de reivindicaciones ante el injusto tratamiento que el gobierno central nos depara, el aspirante Pla intentará haberse recuperado de los últimos trasquilones ganados en su reculada al respecto de la lengua y el listón electoral, además de fortalecerse internamente ante sus huestes que poco lo valoran. Un bipartidismo feroz pero pobre a mi modesto entender. No “mola” tener el mismo sistema de partidos que Extremadura o La Mancha...
Y las minorías, pues minorizadas. Glòria Marcos decidiendo si pacta con el Bloc (éstos están en cuerpo y alma entregados al matrimonio) para que EU continúe sacando la cabeza en el parlamento valenciano. Una cabeza sin cuerpo, ya que la sección valenciana de Llamazares no existe a nivel municipal. Un nivel donde el Bloc se encuentra a gusto, aún sin entrar en las grandes ciudades y sin actuar como partido, más bien como “federación de tribus”, en feliz expresión del nada añorado Lerma. ¡Ay! Joan Lerma, que literato perdimos, con aportaciones como “los invertebrados también viven” –en alusión a la poca identidad común que nos une a las tres provincias hermanas-, y sobre todo lloran...
Y en la otra orilla del río, pues el rastro de los restos. Una UV agonizante que se resiste a desentubarse, pero que a marchas forzadas sigue desangrándose con escisión tras escisión. Y la aparición de la CV de Sentandreu, con el objetivo del abrazo del oso hacia los unionistas, además de aprovechar las cenizas del conflicto lingüístico y de la víscera identitaria... y sobre todo del “expediente x” que supone sus fuentes de financiación. Y en medio, una ensalada de siglas que se ponen a la venta en franquicia sin valor real alguno. A salvar carguitos y sueldecitos. Al menos que lo hagan a las claras, que al ciudadano no le gusta que le traten como un tonto. Eso espero. Pero no desesperen que el teatro electoral nunca baja el telón. A disfrutar.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Valencia Siete nº13

LA QUINTA COLUMNA


LA YENKA

Izquierda, izquierda, derecha, derecha, adelante, atrás, un, dos, tres... Pongan la melodía y obtendrán la quintaesencia del pensamiento político del aspirante a Molt Honorable, Joan Ignasi. Es que el pobre va muy mareado. Que si doble consenso estatutario durante meses y meses, y va y quince días antes del colofón parlamentario madrileño se descuelga con dos enmiendas para contentar a comunistas y catalanistas, que desde su propio partido, con Ciprià Císcar y Ramón Jaúregui al frente, se han encargado de parchear y salvar la reforma. Aún se preguntan en Ferraz y en Blanquerías en que estaría pensando el bueno de Joan Ignasi...
Y sigue el bailecito. Y el aspirante a presidirnos viaja a Bruselas para pedir que se deje de marear con el tendencioso informe consultivo emanado del Parlamento Europeo que pone en la picota nuestro modelo urbanístico. Nada que decir en cuanto al objetivo, por una vez acertado. Lo que no entiende este esforzado paseante en Cortes es la coherencia del líder socialista de personarse ante la UE para pedir el finiquito de una iniciativa altamente perjudicial para nuestro desarrollo económico cuando ha sido él desde sus filas, sus medios y sus periodistas de cabecera el que ha soliviantado este tema sacándolo a la palestra pública e instando a los europarlamentarios ecologistas e izquierdistas que redactaron tal texto quasi panfletario que se pusieran puros y duros.
Las malas lenguas dicen que el viajecito ha sido una excusa para hablar con Solana y pedirle una salida digna a su cada vez más negro futuro político, después del maremágnum ocasionado por su divertida ocurrencia de reventar la reforma estatutaria. Enfadados tiene a Ferraz, a Jordi Sevilla, a Guerra, a Ciprià, a Glòria Marcos y sus aliados del Bloc... hasta a su pueblo natal, Adzaneta d’Albaida, que le hizo el vacío en la inauguración de su nuevo Ayuntamiento y la rehabilitación de su bonita Iglesia Parroquial. Profeta, lo que es ser profeta en su tierra, pues parece que no...
Y ante todo esto, ¿que pensará ZP? Pues nada, sinceramente. Nuestro ínclito Presidente está demasiado ocupado publicando artículos compartidos con el Primer Ministro turco (sí, sí, ese gran país que quiere entrar en la UE, cuna de la civilización oriental representada en Estambul-Costantinopla, y también estado que gasea a la minoría kurda –como Sadam hacía-, que no respeta los derechos humanos, que mantiene a la mujer en estado precario y que se va infectando de un islamismo irredento) vanagloriándose de lo bonita que sería su “Alianza de Civilizaciones” y pidiendo disculpas por las viñetas humorísticas con Mahoma de protagonista.
Parece que debemos arrodillar nuestra civilización, protagonista de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, ante los atropellos incendiarios del fanatismo musulmán. Por que no debemos confundir al Islam con el islamismo (estupendo libro del parlamentario hijo de nuestro embajador en Líbano Gustavo de Arístegui). Esa es la clave. Demasiado serio me he puesto. Para otro dia dejaremos el caso de un tal Conde Pumpido que se vota a si mismo para no ser destituido. Olé Fiscal General que tenemos. Y olé Dinamarca.