domingo, 25 de abril de 2010

Valencia Siete nº21

LA QUINTA COLUMNA

CLAR COM L’AIGUA (I)


En 1993 se firmó lo Pacto miedo el Agua para la Comunitat Valenciana y Murcia. En esos momentos todas las administraciones estaban gobernadas por el PSOE, y el tándem Borrell-Narbona presentaron lleno de fanfarrias el anteproyecto del PHN de la época, donde se contemplaba un trasvase del Ebro a nuestras cuencas por valor de 1.945 hm3. Todo premura, grandilocuencia, poco rigor y perdida de unas elecciones que impidieron que se llevara a efecto. Los valencianos continuábamos secos.
En 2001 se aprueba el PHN del PP, el cual contempla un trasvase del Ebro de 1.050 hm3. Cuenta con l’acuerdo del 80% del Consejo Nacional del Agua, de Comunidades como La Mancha, Extremadura, los regantes de Aragón... ¡Todos los Planes de Cuenca aprobados por unanimidad! Por primera vez se presenta un Plan Hidrológico no expansivo, serio, prudente y sostenible. Pero de nuevo nos quedamos secos.
Agua para nadie parece que es la consiga y el PSOE, esta vez ganando unas elecciones, decide dictar por decreto la anulación del agua para el arco mediterráneo. El caudal del Ebro es de 17.000 hm3 por año. El PHN paralizado suponía sólo el 6% del caudal por año, perdiéndose en el mar 5.000 hm3 por año (cinco veces el caudal que se iba a trasvasar). Comparamos la realidad del gasto de agua al Delta del Ebro, la cual ronda los 30.000 m3 por hectárea y día, con la necesidad de nuestras tierras de la Vega Baja, valorada en 6.000 m3. Las cifras cantan desde la racionalidad, la solidaridad y el sentido. Y dejamos a parte las especulaciones chulescas y las manipulaciones intencionadas tan en boga en el actual Ministerio de Narbona.
El tanto cacareado Programa AGUA del actual equipo socialista recoge el 89% de las acciones recogidas en el anexo de inversiones del PHN derogado. Lo único que se elimina es el trasvase del Ebro a tierras valencianas, murcianas y andaluzas, todo el resto queda casi cómo estaba. Incluso los preámbulos son idénticos... por lo tanto sólo se entiende la derogación de la llegada del agua del Ebro como chantaje político y como revancha territorial. ¿Dónde está el talante cuando se gobierna a toque de decretazo contra los proyectos de futuro de los valencianos y las valencianas?
La legitimidad jurídica está clara: si yo necesito agua de manera justificada, construyo la infraestructura y pago el justiprecio por la misma, siempre que sean excedentes y no se agreda a nadie... como se me puede negar el agua, ¡si ésta es de todos! ¿Cómo se echa por tierra todo un Plan Hidrológico consensuado por todos, que contemplaba mejoras en Aragón, en Catalunya, en La Mancha y que por primera vez de una manera eficiente y científica contemplaba resolver el abastecimiento de agua a todo el arco mediterráneo? Y como se tiene la indecencia de mentirnos presentando un plan alternativo inexistente, copiado todo del PHN (excepto el agua del Ebro, claro), prometiéndonos agua por medio de desaladoras, más cara para los usuarios y conflictiva ecológicamente (nuestra querida posidónia, la salmuera vertida en nuestras costas...), sin la infraestructura necesaria para bombearla al interior de nuestro territorio y sin ayudas de la UE (ya que se han desperdiciado todos los millones de euros de subvenciones conseguidos al paralizar las obras del trasvase). Pues se tiene y con las mejores de las sonrisas, condenando entre brindis nuestro desarrollo turístico y nuestra competitiva agricultura. Salud!

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