viernes, 12 de febrero de 2010

Valencia Siete nº9

LA QUINTA COLUMNA

PATRIOTISMO ¿SOCIAL?

El generalato en danza. De ruidos de sables, nada... que ya algún trasnochado opinador se ha dado “prisa” en vociferar. Sólo se ha leído la Constitución y eso está muy bien. El fallo está en la forma, no en el fondo. Señor Teniente General, eso se hace en casa, en la intimidad del hogar donde incluso los de Pucela hablan catalán (con perdón). Además el señor Mena ya dijo más o menos lo mismo ahora hace un año, cuando nos batíamos con el Plan Ibarretxe (esto que el Presidente Rodríguez cada año nos regale un “marrón” tiene gracia). Pero parece que pasó más desapercibido, o se quiso que así fuera. Pero ahora con el “seny català” hemos topado y Carod no puede consentir esto. Y parece haber obligado no sólo que se arreste al susodicho general, sinó que se purgue también a los mandos de la Academia Militar de San Javier no sé por qué, y de paso que se intente jubilar anticipadamente a todo aquel soldado con estrellas de ocho puntas. Aún habiendo sido nombrados por Bono y todo... A ver si ahora ERC solicita que nuestro ministro preferido sea desposeído de su merecidísima medalla...
Pero dejemos a los militares y hablemos de intelectuales. Y que mejor que coger como ejemplo a ZP (claro, elegir a Pepiño Blanco, acaudalado estudiante de primer ciclo de derecho por la UNED pues no queda tan bien). Un presidente que tenemos, que cada declaración, cada discurso y cada pronunciamiento parece una oda a la inteligencia, la brillantez y la genialidad. Y me entero que se mensajea (no me cambien las vocales, por favor) con Suso Del Toro, ínclito escritor y columnista de dominicales, teorizador del nuevo nacionalismo gallego y precursor de las teorías sobre la “España plural”. En su libro “Españoles todos” hace una ferviente defensa del respeto que el centro político del estado debe tener para con las periferias, dejándonos integrar y sentirnos partícipes del proyecto común como mejor sepamos o entendamos. Pero sin imposiciones y pensamientos únicos nacidos de la árida y fría meseta. Hasta cierto punto podríamos hasta estar de acuerdo. Y eso es bueno.
Lo que no es ya tan de recibo es que este escritor sea el oráculo de Zapatero y que entre los dos hayan edificado un discurso amable (el conocido talante, como fin, no como medio) el cual se basa en el respeto, el diálogo y la tolerancia, no como instrumentos para trabajar, pactar o avanzar, sinó como esencias finalistas de toda la acción política del “desgobierno” actual. Lo importante no es encajar a Catalunya en el proyecto del estado, lo importante no es gestionar con eficacia la sanidad y la educación... lo importante es dialogar, respetar, tolerar, comprender, dar cariño... Crear un ambiente agradable pero no solucionar la polución. Sólo talante sin talento. Muy lento. Y muy desesperante el crear conflictividad social sin una anterior demanda.
Lo último de este dúo de poetas metidos a estadistas es la invención de un nuevo concepto político que va a revolucionar el derecho constitucional internacional (para saber más, consultar al maestro que acompaño en estas columnas de opinión), a saber, el patriotismo social (¿?). Novedosa invención que espero alguien me aclare, ya que si de cada chascarrillo que al señor Del Toro se le ocurra al levantarse del sofá nuestro afamado y trabajador (mucho, sobre todo si observamos su agenda de citas internacionales) caudillo Rodríguez va a regalarnos la luz filosofal en plan de cita clamorosa y agudísima, pues vamos bien servidos. Buen provecho.

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